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Las lenguas célticas – ¿de la decadencia al renacimiento?
Publicado por James Costa el September 23, 2011
Por James Costa, encargado de investigación, Instituto Francés de la Educación, Escuela Nacional Superior de Lyon.

Croix célticas – Photo : Antonio Acuna (cc)
Las lenguas llamadas célticas, que reagrupan al irlandés, al manés, al gaélico de Escocia, al galés, al córnico y al bretón, pertenecen a la familia de las lenguas indo-europeas. Constituyen un grupo completo, distinto de las lenguas romances germánicas o eslavas. Solo una de ellas es la lengua nacional, el irlandés (en competencia con el inglés) y en la actualidad todas están consideradas como «en peligro» especialmente por la UNESCO. Con sus últimos hablantes, es un grupo completo de lenguas que podría desaparecer como lengua de comunicación antes de fin de siglo.
Un origen que hace debate…
Mucho se ha escrito sobre las lenguas célticas y es muy difícil saber exactamente de dónde vienen.
Ellas han excitado la imaginación de muchos poetas, romanceros o lingüistas desde 1707, fecha en la que Edward Lhuyd, naturalista galés, apasionado de la historia antigua constata un parecido, de una parte, entre las lenguas de Bretaña, de Gales y de Cornualles (lenguas británicas), y de otra parte, de Irlanda, de Escocia y de la Isla de Man (lenguas gaélicas).
Lhuyd enlaza igualmente estas lenguas al galo y le atribuye el nombre de lenguas “célticas”, un nombre griego dado al conjunto de pueblos que antes habían dominado a Europa durante siglos.
Los antiguos autores son los primeros en evocar la presencia de los celtas (keltoï en griego) en una buena parte de Europa antigua pero no nos indican su procedencia original. Los arqueólogos en el tiempo se remontan mucho más lejos, porque ellos han descrito los hogares y las migraciones de estos celtas a partir de Europa Central desde el siglo VII antes de Jesucristo (civilizaciones de La Hallstatt después de La Tene). Al ser así, esta hipótesis actualmente es tomada como motivo para las investigaciones más recientes que combinan la arqueología, lingüística y genética y sugieren un origen el actual Portugal y una conquista del espacio europeo por el litoral Atlántico.
En el estado actual de las investigaciones, pues nada puede decir con certitud que ha sido o cuáles han sido los primeros hogares que derivaron las lenguas célticas modernas.
El retroceso ante Roma al sur y los germanos al este y al norte.
Siempre estas lenguas han sido atestiguadas en una buena parte de Europa del oeste por numerosas toponimias, gradualmente han dado lugar a las formas del latín en Galia, Iberia y en el norte de Italia, y a los hablantes germánicos en Alemania, en Suiza y en el mismo sur de la isla de Bretaña (la actual Gran Bretaña), donde la práctica del inglés progresa en todo el largo de la edad media.
Así, el bretón del reino de Strathclyde (sur de la actual Escocia) da lugar al inglés, hacia el siglo XII. Al sur-oeste de la actual Gran bretaña, la última hablante del córnico es famosa haber vivido en el siglo XVIII.
El irlandés, no conquistado por Roma, queda monolingüe, «celtófono» hasta las primeras incursiones normandas en el siglo XIII, cuando el latín era practicado por los monjes.
También de Irlanda partió el movimiento de la « gaelización » de Escocia a partir de los siglos III y IV, que terminaría con la desaparición del picte localmente y su remplazo por el gaélico, que concluyó en el siglo XII.

motif celtique – Photo : Bert23 (cc)
La excepción galesa
Lenguas de campesinos y de pescadores, también de los mineros del país de Gales, las lenguas “célticas” constantemente fueron condenadas al ostracismo en el curso de los siglos porque en el imaginario de los grupos económicamente dominantes en Europa del oeste, ellas reenvían a la pobreza y a un modo de vida considerada como atrasada.
Solo el caso del galés en este contexto ha sido una excepción: en efecto, el año de 1588 ve aparecer una traducción de la Biblia en esta lengua, que permite una utilización normal en las diversas capillas galesas, y que se mantienen hasta nuestros días. Si el galés era la lengua de Dios, podía bien ser la de los hombres!
De la celtomanía del siglo XIX al revival de los años 60.
Hacia fines del siglo XIX, la emergencia de una élite cultural autóctona tiene salida de Bretaña a Escocia en la emergencia de los movimientos de reivindicaciones culturales centrados sobre la práctica de estas lenguas. Estas reivindicaciones se tropiezan generalmente con las exigencias de la construcción de los Estados- naciones modernas concebidas desde el inicio como monolingües.
Los años 1960 fueron la ocasión de un revival de las culturas locales en la escala mundial y diversos movimientos lingüísticos buscaron a que tomen conciencia del alcance universal de estas culturas y de la dignidad de estas lenguas.
¿Y ahora?
En los inicios de este siglo XXI, el bretón es practicado por menos de 200 000 personas. Según los empadronamientos de la República de Irlanda, cerca de un millón y medio de personas podrían hablar irlandés, pero la lengua sería de hecho practicado diariamente por menos de 10 000 personas. El gaélico de Escocia, en cuanto a él, sería utilizado aproximadamente por 55 000 personas. En fin, el córnico y el manés están en situaciones particulares:
– el córnico deja de ser usado en el siglo XVIII, mismo si actualmente cerca de 2000 personas utilizan una variedad de córnico reconstruido al siglo XX a partir de los textos medievales;
– el manés ha sido registrado al lado de sus últimos hablantes «tradicionales» y actualmente de nuevo es practicado en la isla de Man, y considerado como oficial por el gobierno local.
Aún allá, solo el galés parece escaparse de estas dinámicas de decadencia: por la primera vez después de cien años el número de personas, que declaran hablar galés durante el censo de 2001, estaban en alza y dejaban atrás 600 000 personas. Este cambio brusco se explica por una muy fuerte presión militante en el transcurso de los últimos decenios, que hace que el galés en la actualidad esté ampliamente presente en todos los sectores de la vida pública, tanto en los medios de comunicación como en la escuela o en la administración.
Aunque menos brillante, la renovación es también perceptible en los otros países célticos, y más allá en América del norte y en Australia. Las lenguas célticas, sin excepción, no son más que lenguas de comunicación usual fuera de los hogares, pero ellas desde ahora descubren expresarse dentro de otras funciones, en especial identitaria.
Para ir más lejos
Abalain, H. (1989). Destin des langues celtiques. Gap: Ophrys.
Crystal, D. (2005). Revitalizing the Celtic Languages. Paper presented at the XI Annual Conference of the North American Association for Celtic Language Teachers.
Retrieved from http://www.davidcrystal.com/DC_articles/Langdeath2.pdf
Dorian, N. C. (1981). Language Death : the Life Cycle of a Scottish Gaelic Dialect. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.
Filippula, M., Klemola, J., & Paulasto, H. (2008). English and Celtic in Contact. New York & Abingdon: Routledge.
McLeod, W. (Ed.). (2006). Revitalising Gaelic in Scotland. Edinburgh: Dunedin Academic Press.
Sobre el origen de las lenguas célticas
Cunliffe, B, & Koch, J. (2010) Celtic from the West. Oxford: Oxbow.
Para aprender estas lenguas
Costa-Lynch, J. (2005). Le gallois de poche. Paris: Assimil.
Press, I., & Le Bihan, H. (2003). Colloquial Breton. London & New York: Routledge.
Taylor, I., & Robertson, B. (2003). Teach Yourself Gaelic. London: Teach Yourself.
Le Bihan, H., Denis, G., & Ménard, M. (2009). Le breton pour les nuls. Paris: First.
Ó Sé, D. & Sheils, D. Teach Yourself Irish. London: Teach Yourself.