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Las lenguas kanak en la escuela en Nueva-Caledonia: un largo camino
Publicado por Jacques Vernaudon el October 2, 2011
Por Jacques Vernaudon, maestro de conferencias en lingüística oceánica, Universidad de la Nueva-Caledonia.
La Nueva- Caledonia cuenta una treintena de lenguas vernaculares, lenguas kanak, habladas por un total de casi 70 000 personas, según el censo de 2009 (población total: 245 580 habitantes). Las más importantes son habladas por algunos millares de locutores y los más pequeños por menos de una centena.
Todas ellas pertenecen a la familia de las lenguas austronesias, una de las más grandes familias lingüísticas del mundo con sus 1000 a 1200 lenguas. Estas lenguas son procedentes de una misma lengua madre que habría sido hablada en las costas del sur de China y de Taiwán hace más de 5 500 años. Salidos de este foco de migración, los primeros locutores primeramente han poblado el suroeste asiático insular y peninsular, luego han continuado su expansión hacia el oeste hasta Madagascar y hacia el este en el conjunto del Pacífico insular.
Pese a este origen común, las lenguas kanak no quedan menos muy diversas, tanto en el plan de vocabulario y de los sonidos como el de la gramática.
Un reconocimiento tardío
Mucho tiempo minorizadas, amenazadas de desaparición en el momento de las fuertes despoblaciones siguieron los primeros contactos con el occidente en el siglo XVIII. Las lenguas kanak han sido excluidas oficialmente del sistema educativo a partir de la colonización hasta 1984. Solo han sido el objeto de un reconocimiento institucional progresivo a continuación del movimiento de emancipación política de las poblaciones autóctonas a fines del siglo XX.
En adelante reconocidas como « lenguas de enseñanza y de cultura» (ley orgánica de la Nueva-Caledonia, 1999), están integradas en los programas escolares del primer grado público, votados en 2005 por el Congreso de la Nueva-Caledonia.
Pero, pese a los medios disponibles, la ejecución de esta enseñanza y su conducción sufre aun de numerosas inercias que encuentran sus fuentes principales en:
– la complejidad estructural del sistema educativo caledoniano,
– la resistencia ideológica: se opone a la enseñanza kanak la prioridad del francés «ante todo» incluso a la del inglés.
– el rechazo de la realidad plurilingüe caledoniana cuya representación difusa puede explicar algunas actitudes tanto el nivel de las familias como de los equipos pedagógicos y de la autoridades.
Las lenguas kanak en la escuela maternal
En 2010, de los ~9500 alumnos escolarizados en maternal en el archipiélago, 2 000 (o sea el 21 %) han recibido una enseñanza de / en lengua y cultura kanak (LCK). Esta enseñanza es prodigada a razón de 5 horas semanales durante el tiempo escolar. Es efectiva en 14 lenguas, según la implantación de la escuela.
Las clases LCK están abiertas a todos los alumnos cualquiera que fuese su origen, sobre la bases del voluntariado de los padres. El perfil de los alumnos inscritos en clase LCK son pues muy heterogéneos: algunos, los menos numerosos, son hablantes nativos monolingües de la lengua kanak enseñada; otros evolucionan en sus entornos bilingües donde la lengua kanak enseñada (o una lengua emparentada) es parte de su cotidiano vivido con el francés; otros, en fin, muy numerosos en contexto urbano, solo hablan el francés (o una variante local).
Hasta hoy, la autoridad pedagógica no ha dado su aval oficial para una prosecución de esta enseñanza más allá de la maternal.
Obstáculos para superar
La oferta de la enseñanza LCK está determinada al menos en tres parámetros :
– la demanda de las familias (las encuestas sociolingüísticas revelan que es relativamente importante)
– la voluntad de la autoridad política y pedagógica provincial (Nueva-Caledonia está dividida en tres provincias, cada una con su propio ejecutivo)
– la disponibilidad de enseñantes hablantes calificados.
Para responder a este último punto, un concurso externo especial de profesores de escuelas, que prevé las pruebas en lenguas kanak, ha sido creado en marzo de 2006. Pero el flujo de los candidatos admitidos, desgraciadamente, es aún muy débil (aproximadamente dos por año), las pruebas más selectivas siguen siendo las de matemáticas y de francés.
Los dispositivos alternativos son, pues, desarrollados (reclutamiento de participantes, hablantes, formación continua de profesores hablantes titulares, etc.) para compensar este retraso.
Primeros resultados
Las evaluaciones conducidas hasta el presente concluyen con una aportación positiva de esta enseñanza en las lenguas locales, sin efecto negativo sobre el dominio del francés, incluso con los efectos de transferencias positivas hacia el francés (para mayor información ver el sitio: www.ecolpom.univ-nantes.fr).
Sin embargo, tales resultados solo pueden ser obtenidos en ciertas condiciones: particularmente conviene conducir la enseñanza de las lenguas kanak en gestión coordinada con la del francés. También es necesario sensibilizar a las familias y a los equipos pedagógicos para permitir su adhesión a los dispositivos bilingües. En fin, la formación y el acompañamiento de los enseñantes son un factor esencial.