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La revitalización del navajo en Estados Unidos
Publicado por Lucia Dumont el May 20, 2011
Por Lucia Dumont, Doctora en civilización estadounidense en la Universidad de Cergy-Pontoise e investigadora asociada en el centro de investigación Textos y Francofonía.
Los Navajos forman una comunidad de 269 202 personas, cuya mayoría, 180 762, vive en una reserva que se extiende en tres estados del suroeste de los Estados Unidos, Arizona, Nuevo México y Utah. El aislamiento de este territorio tan grande como Bélgica, y las dificultades de acceso los han protegido de las influencias externas durante siglos.
Con respecto a la lengua navajo, pertenece a la familia atabascanas. Es la lengua autóctona de los Estados Unidos que cuenta con el mayor número de locutores: 178 014 según el censo de 2000.
Las causas de una decadencia
Varios acontecimientos mayores amenazaron a la cultura y a la lengua navajo en el transcurso de las décadas, comenzando con su deportación del 1863 al 1868 lejos de sus tierras ancestrales hasta Bosque Redondo, un episodio llamado ” La Larga Marcha”.
En el plano económico, la presión social y la extrema pobreza de los habitantes facilitaron la transferencia lingüística hacia el inglés, “la lengua del pan”.
Finalmente, en el plano cultural, la escolarización de los niños en internados alejados de su familia, donde les era prohibido hablar su lengua, fue una experiencia traumatizante. La imposición de un modo de vida materialista y la presión de grupos como “English-Only”, que preconizan una sociedad monolingüe de lengua inglesa y describen las lenguas amerindias como una traba para la integración de los pueblos autóctonos en la sociedad mayoritaria, también contribuyeron ampliamente al abandono del navajo. Después de todo, experimentando un sentimiento de vergüenza hacia su lengua, los padres dejaron de transmitírselo a sus niños.
Sin embargo, a finales de los años 60, el 92,8 % de la población hablaba todavía el navajo. Es en aquella época en que se tomó conciencia de la decadencia progresiva del uso del navajo como lengua vehicular.
Los éxitos de la escuela bilingüe
En 1967 se abrió la primera escuela comunitaria por Navajos, y para Navajos, y en navajo como la lengua de instrucción. Su misión era instruir a los niños y a los padres primero en su lengua materna para conducirlos progresivamente hacia el inglés, con el fin de permitirles vivir y tener éxito en ambos mundos.
El primer establecimiento de estudios superiores, el Navajo Community College, encargado de formar a los futuros profesores bilingües, abrió sus puertas desde 1968.
En 1983 aparecían escuelas en inmersión creadas por profesores y padres voluntarios en un entorno compatible con la identidad cultural de los niños. El primer año todos los cursos se llevan a cabo en navajo, luego el inglés es introducido progresivamente, y al fin de la escuela elemental el 50 % de los cursos son dispensados en inglés y el 50 % en navajo.
Por fin, en 1984, el consejo tribal navajo adoptaría oficialmente una política lingüística basada en la educación bilingüe.
Estas escuelas favorecieron la asiduidad de los alumnos y las estadísticas muestran que los que han sido instruidos en su lengua ancestral consiguen mejores resultados que sus pares, que han seguido cursos únicamente en inglés. En ciertos casos, estos resultados sobrepasan incluso a los niños anglo-americanos en las tres asignaturas fundamentales: lectura, escritura y aritmética.
Actualmente, los bilingües navajo/inglés son buscados como intérpretes juramentados para los tribunales de Arizona y del Nuevo México. Forman la élite política, económica, intelectual y artística de la Nación navajo, capaces de evolucionar con facilidad en los dos mundos.
Dificultades vinculadas con los problemas sociales
A pesar de todos los esfuerzos emprendidos y los éxitos encontrados, el número de emisores de navajo continúa disminuyendo. Y notamos que el número de niños hablantes de navajo en la maternal en la reserva decae desde hace 30 años: en 1980 era 80 %, hoy en día no son más que 15 %.
Varios elementos entran en consideración, tanto pedagógicos (falta de profesores calificados, fuerte rotación del personal) como político-financieros (dependencia de los fondos federales) y demográficos (desaparición de los ancianos, poseedores de la lengua y de las tradiciones). Pero más allá de estas dificultades, los Navajos confrontan un problema de fondo: la salida de la reserva de los jóvenes más instruidos, por falta de desarrollo económico.
En efecto, en este enclave de los Estados Unidos, según las cifras del censo del 2000, el 47,2 % de las familias navajo viven por debajo del umbral de pobreza, una pobreza endémica que engendra muchos actos de desesperanza (adicciones, violencias, suicidos). La tasa de desempleo es del 42,9 % al 58 % en ciertas regiones y favorece la migración de los jóvenes hacia las ciudades, ¡dónde cada vez más Navajos tienen éxito en las grandes universidades!
El orgullo de hablar el navajo, calificado como lengua “de la victoria” (les permitió a los estadounidenses conseguir una batalla decisiva en el Pacífico sobre todo gracias a los célebres Codifica a Talkers navajos), los acontecimientos culturales tales como la fiesta de la lengua, de la cultura, las competencias de ortografía, la elección de Miss Navajo que debe ser bilingüe, bicultural y educada, todo esto contribuye al renadío de orgullo étnico. ¿Pero podrán frenar la decadencia anunciada y asegurar la resiliencia del navajo en una sociedad que favorecerá al monopolio del inglés?