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Testimonio de una lingüista de campo en Amazonía
Publicado por Elsa Gomez-Imbert el October 28, 2011
Por Elsa Gomez-Imbert, investigadora asociada, Instituto Francés de Estudios Andinos.

ethnie des Urarinas (Amazonie)
Una experiencia inolvidable
Hacer trabajo de campo en el noroeste amazónico ha sido la experiencia que más ha marcado mi vida. Entre el verano de 1973 y la primavera de 1998, hice varias estadías en comunidades que hablan lenguas pertenecientes a la rama oriental de la familia Tukano: Bará, Barasana, Edúuria, Karapana, Makuna, Tatuyo, Tuyuka.
Estos grupos ocupan la región del Vaupés, en Colombia, cerca a la frontera con Brasil. Viven a orillas de un río de aguas color de té bien macerado que fluye sobre un lecho de arena blanca y fina: el Piraparaná. Son los más tradicionales de la quincena de grupos Tukano orientales, sobre todo si se les compara con los que viven en Brasil. Habitat tradicional, reglas de exogamia y multilingüismo generalizado, rituales y cultura material han sido preservados y transmitidos de generación en generación.
Esas estadías fueron lecciones de vida en cuanto a relaciones con el otro, con la naturaleza, que me hicieron ver el mundo de otra manera. Desgraciadamente, tuve que abandonar estas expediciones a causa de la invasión de la región por la guerrilla.
Una lección de multingüísmo
Abordé en primer lugar el estudio de la lengua tatuyo, seguido por el de la lengua barasana. Los grupos Tukano viven en casas comunales (malocas) que albergan a varias familias nucleares. Compartiendo su vida cotidiana, me hallé inmersa en una de las situaciones sociolingüísticas más fascinantes.
Gracias al particular sistema de matrimonio de este pueblo y al multilingüismo que produce, pude pasar de una lengua a otra sin la intervención del español y lograr así la comprensión de ciertas características como los tonos que habría sido imposible de otra manera.
En estas sociedades, se practica lo que se llama “exogamia lingüística”, que en este caso funciona de la manera siguiente.
El “grupo étnico” está definido por la filiación patrilineal: los individuos que comparten un mismo linaje paterno son hermanos y hermanas clasificatorios. Este parentesco hace que los matrimonios dentro de un mismo grupo exogámico estén prohibidos, por incestuosos. Cada uno debe manifestar su filiación mediante el uso cotidiano y exclusivo de la lengua paterna.
De ahí resulta que todo individuo debe casarse con alguien de linaje paterno diferente, que marido y mujer comunican hablando lenguas diferentes, que un niño aprende desde la cuna por lo menos dos lenguas, la materna y la paterna; hechos que hacen que el monolingüismo sea prácticamente inexistente en estas sociedades.
Los placeres del lingüista de campo
El lingüista de campo describe las lenguas que encuentra, una misión que le aporta mucha satisfacción. Aunque uno sepa por los manuales que ciertas lenguas tienen características “exóticas” para los que practican las lenguas romances, descubrirlas en el campo da la sensación de haberlas creado.
Detectar una distinción tonal que conmociona el significado, deber escoger una forma de conjugación según el modo de acceso al conocimiento de un acontecimiento, o aún indicar por una marca gramatical ciertas propiedades del objeto al que nos referimos (redondo, largo, hueco, pleno), es una gimnasia mental excelente.
La descripción de las lenguas permite hacerlas conocer al mundo científico y contribuir a su transmisión. Hacer descubrir, años más tarde, la originalidad de estas lenguas a sus fascinados locutores es una recompensa que borra ampliamente el desagrado de los mosquitos y otros coloraditos.
La antropología como elemento clave para la comprensión y el intercambio
La mayoría de las lenguas de Amazonía están hoy en día en peligro de desaparición:
– por parte a causa del número restringido de locutores, de algunos centenares a unas decenas e incluso un puñado de individuos;
– por otra, víctimas del prestigio de las lenguas nacionales, español, portugués e incluso francés en Guayana.
Preservar estas lenguas y el conocimiento del medio amazónico que ellas expresan es una preocupación que debemos hacer nacer en los jóvenes lingüistas.
A estos jóvenes lingüistas, les aconsejo la lectura de Claude Lévi-Staruss, que me ha acompañado desde mis primeras expediciones y me ha permitido intercambios interesantes con mis anfitriones tatuyo y barasana. Estos estaban absolutamente encantados de oír las variaciones de ciertos temas míticos que forman parte de su tradición, que Lévi-Strauss presenta en Lo crudo y lo cocido y que yo había llevado como libro de cabecera.
Otra de sus obras, La ceramista celosa, fue la oportunidad para un intercambio epistolar apasionante con este gran sabio. Había descubierto entre mis archivos de campo un mito en lengua tatuyo, construido siguiendo al pie de la letra el modelo enunciado por Lévi-Strauss sobre la construcción de los mitos del origen de la cerámica. La exactitud de las predicciones propuestas por Lévi-Strauss era abrumadora.