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El plurilinguismo en África: ¿Y en el escrito?
Publicado por Aïssatou Mbodj el February 6, 2011
Que las sociedades africanas contemporáneas sean plurilingües, incluso si las políticas lingüísticas no toman generalmente esto en cuenta, es un hecho hoy en día. Este hecho establecido en el oral, ¿vale para el escrito?
Las principales lenguas escritas, en África, son las lenguas oficiales, o sea las antiguas lenguas coloniales, así como el árabe, lengua de cultura y de religión en vastas áreas de África del oeste y del este.
Cabe notar que ciertos países o regiones africanos son la excepción con la presencia de lenguas africanas que son comunes en oral así como antiguamente escritas: las lenguas de Etiopía y el suajili en África oriental.
Pero a excepción de estos casos, la disyunción entre las lenguas del oral y del escrito, nos queda la situación más frecuente: en África subsahariana, existe un gran número de lenguas orales, pero pocas de ellas están escritas.
Si se toma el caso de los países francófonos en dónde el francés es la única lengua oficial, comprobamos que las lenguas africanas, reconocidas como ” lenguas nacionales “, se desarrollan muy bien al oral: podemos citar particularmente las lenguas vehiculares que se desarrollan en la escala de un país, como el wolof en Senegal o el bambara en Malí.
Pero estas lenguas tienen dificultades para adquirir el estatus de lengua escrita. Es verdad que desde los años sesentas, muchos esfuerzos han sido consentidos para equiparlos, con la adopción de una ortografía oficial y el desarrollo de un vocabulario gramatical. Sin embargo, sus usos en el escrito quedan confinados a áreas o espacios sociales limitados, tal como la alfabetización para adultos en ambiente rural.
Dicho esto, en ciertos lugares, se hace un esfuerzo también para desarrollar la escuela bilingüe: tal es el caso en Malí dónde después de décadas de experimentación del bilingüismo escolar éste está hoy en fase de generalización. Falta asegurarse que este voluntarismo se mantenga en la duración, y observar si esta escolarización bilingüe bastará para introducir estas lenguas en los usos escritos diarios.
En la escala del continente, hay que abstenerse de toda generalización, porque las lenguas africanas tienen relaciones muy diversas con el escrito. Para ciertas lenguas, el pasaje al escrito y a la imprenta se remonta al período colonial o misionero y vieron nacer literaturas, como el yoruba en Nigeria o el kinyarwanda en Ruanda. Al contrario, existen muchas lenguas únicamente orales y todavía no descritas. Algunas otras han sido codificadas pero su forma escrita no es utilizada por los mismos locutores.
Queda por aclarar finalmente la cuestión de la elección de grafismos: la ortografía latina a la cual recurren muchas lenguas no es la única, y ciertas tradiciones de escritura en lengua africanas pasan por otros grafismos. El ajami, que consiste en utilizar la escritura árabe para una lengua diferente del árabe, es una práctica común, por ejemplo para el haoussa (hablado en Nigeria en Níger y en otros paísesde África del oeste). En otros lugares, comprobamos el uso, a veces de una gran vitalidad a la escala de una región, de un grafismo original como la escritura No Kb para las lenguas mandingues en Guinea y en Malí.
Si las lenguas africanas están globalmente poco desarrolladas en el escrito, el potencial para reforzar su uso está allí: la época contemporánea vio nacer en efecto nuevas prácticas escritas, a menudo alejadas de las formas librescas con las cuales esta generalmente asociada la idea de escritura.
Así las paredes y las enseñas de las ciudades africanas llevan inscripciones que testimonian una mezcla de formas, de lenguas y de grafismos que van más allá de los usos autorizados de la lengua oficial.
Podemos citar también el uso de lenguas hasta aquí poco escritas en el marco de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, en particular para los mensajes de texto, los e-mails y los foros. Estos nuevos usos cuestionan las divisiones entre lenguas orales y escritas y dejan presagiar un bello futuro a ciertas lenguas africanas, en el escrito totalmente como en el oral.