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El Vanuatu, una diversidad frágil
Publicado por Alexandre François el June 18, 2011
Dr Alexandre François, LACITO-CNRS, Australian National University
La semana pasada, Alexandre François nos presentó la práctica del multilingüismo en Vanuatu, el país con la más grande densidad lingüística en el mundo. Nos mostró como el modo de vida tradicional de Vanuatu, a través de su organización descentralizada y su falta de presión hacia la uniformidad, les permitió a las lenguas de apenas algunos centenares de hablantes desarrollarse y transmitirse a través de los siglos.
Nos explica hoy que, incluso si esta diversidad lingüística está todavía muy presente en el Vanuatu moderno, ésta es cada vez más vulnerable.
Trastornos históricos
El archipiélago conoció un período de trastornos hacia finales del siglo XIX: En primer lugar, los primeros contactos con los marineros venidos de Europa provocaron epidemias dramáticas.
Por otro lado, prácticamente en el mismo momento, las islas de Melanesia se despoblaban a causa del Blackbirding, reclutamiento masivo de mano de obra para trabajar en las plantaciones de Queensland y de las islas Fiyi. Los misioneros de la época cuentan cómo fueron testigos, en apenas algunos años, del hundimiento demográfico de numerosos pueblos, prósperos en otros tiempos.
En la región del norte de Vanuatu que estudio (la isla Banks y Torres), todavía se puede maravillar con la riqueza lingüística, ya que diez pequeñas islas cuentan todavía con 16 lenguas diferentes. Sin embargo la tradición oral, así como los archivos históricos, permiten calcular que la misma región, hacia 1860, albergaba 35 hablares distintos. Es un claro ejemplo de que la diversidad lingüística pudo hundirse en sólo algunas décadas.
Los últimos testigos
Aunque el período actual está más tranquilo, observamos todavía hoy las consecuencias indirectas de esta crisis demográfica. Evitando sus aldeas que se habían despoblado, numerosas familias montañesas se resignaron a bajar para instalarse en los pueblos costeros, donde las nuevas iglesias cristianas se habían establecido. Fundiéndose entre la población de un pueblo más grande, estas familias iban a reemplazar inevitablemente su propia lengua por el idioma mayoritario. Los niños nacidos después de esta época, en los años 30 o 40, son los últimos en haber oído los idiomas de sus padres; hoy, estos mismos individuos tienen entre 70 y 80 años, y son los últimos hablantes de lenguas casi extintas.
En el transcurso de mis investigaciones, hice todo lo posible para encontrar a estos últimos testigos de una diversidad antigua, y para grabar sus lenguas mientras fuera todavía posible. Investigué sobre el araki – la lengua de donde viene el nombre de Sorosoro – pero también sobre el volow, el lemerig, el olrat, el mwesen, el lovono, el tanema … Por cada una de estas lenguas, el número de hablantes se cuenta con los dedos de la mano. Ellas nos recuerdan cómo la diversidad lingüística de nuestro planeta es una flor frágil.
La importancia de la transmisión
Afortunadamente, no todas las lenguas de Vanuatu están totalmente amenazadas en la misma medida. Para muchas de ellas, el pronóstico a medio plazo es incluso optimista, gracias a que el multilingüismo está todavía muy vivo en las zonas rurales del archipiélago. La clave reside en la transmisión intergeneracional: aun cuando una lengua sea hablada sólo por doscientas personas, ésta puede perdurar a condición de que los padres la hablen con los hijos.
En la actualidad, la mayoría de las lenguas de Vanuatu están en esta situación. La continuidad de su transmisión a las jóvenes generaciones las protege, por el momento, de riesgos de extinción. Sin embargo, su débil demografía sigue siendo su talón de Aquiles: bastará que se intensifique el éxodo rural hacia las ciudades, o que las costumbres se modernicen rápidamente, y podríamos revivir trastornos semejantes a los del último siglo.
Los papeles del lingüista
Los lingüistas no tienen entre sus manos todas las claves para asegurar la supervivencia de una lengua: ésta depende sobre todo de la voluntad de los hablantes de transmitir sus conocimientos a las futuras generaciones. Sin embargo, podemos contribuir de dos maneras para hacer vivir estas lenguas.
Por una parte, el trabajo de descripción y de documentación, que toma la forma de gramáticas, diccionarios o artículos científicos, es indispensable para preservar el patrimonio lingüístico de la humanidad. Es igualmente el caso de las lenguas cuyo destino está ya sellado: aunque no se puede sacarlas a flote, podemos por lo menos salvar los tesoros mientras que todavía es tiempo. Así, el araki era hablado por una quincena de personas en 1997, hoy por seis o siete. Ahora está muy improbable que pueda establecerse de nuevo como lengua de una comunidad entera. Pero la gramática, el diccionario, las colecciones de cuentos que pude realizar, van por lo menos a contribuir guardando la memoria de esta lengua única. Los últimos hablantes y sus familias están agradecidos para todo este trabajo — sea de naturaleza simbólica.
Por otra parte, las perspectivas son diferentes con las lenguas que todavía están bien de salud. El lingüista puede poner su trabajo al servicio de la comunidad, consolidando los modos de transmisión intergeneracional. Este esfuerzo puede tomar formas diversas, por ejemplo contribuyendo a la introducción de las lenguas vernáculas en el sistema escolar. Así vuelvo de un viaje el mes pasado a Vanuatu, dónde animé a los profesores de las escuelas primarias a incluir en la enseñanza no sólo el francés y el inglés, como ahora es el caso, sino también la lengua materna de sus alumnos. Por suerte, es en esta dirección que está orientada en este mismo momento la nueva política lingüística del gobierno Vanuatu. Para contribuir con mi granito de arena a este importante proyecto, les presenté a los alumnos libros de alfabetización que acababa de realizar, ilustrando la ortografía de las lenguas vernáculas. Vi en sus ojos la admiración de descubrir que su lengua también podía escribirse.
Para conocer más:
El sitio personal de Alexandre François: http://alex.francois.free.fr/