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El adulterio, por Jean Kédine
Siguiendo con los temas de la proposición de matrimonio, la dote y la poligamia, Sorosoro continúa su exploración de las relaciones conyugales de Gabón. El video destacado de hoy trata un tema prácticamente universal, que, sin duda, no carece de emoción… ¡el adulterio!
Aunque a menudo es la fuente de muchos males, el adulterio, sin embargo, puede dar lugar a algunas de las historias más apasionantes del mundo, como la de Sheherezade en Las mil y una noches. Traicionado por su primera esposa, el rey de Persia busca venganza matando a una virgen cada noche, hasta que interviene Sheherazade. Ella se encomienda a todas sus habilidades como contadora de historias para tejer una historia que abarca mil y una noches, y convence al rey para poner fin a su carnicería despiadada.
Esta historia ilustra la percepción generalizada del adulterio como un delito castigable con la muerte. Aunque el caso del rey persa es extremo, nos lleva a cuestionar la gravedad de la reacción ante el adulterio.
Para explicar este fenómeno, hay que entender que el matrimonio, ya sea monógamo o polígamo, representa tanto un problema social como una institución jurídica. El matrimonio garantiza el carácter duradero de los lazos conyugales y promete un sentido de estabilidad dentro de la sociedad, así como el respeto del orden establecido. El adulterio es, de este modo, interpretable como una perturbación social – o incluso una violación de la propiedad – y la mujer en cuestión se percibe como un ladrón y un robo.
El adulterio, hasta ahora, ha sido tratado no como una cuestión individual, sino más bien como un problema colectivo que exige una sanción de la comunidad. Las reacciones van desde una modesta indemnización por daños a la pena de muerte (tanto para una como para las dos partes adúlteras), pasando por el divorcio o el repudio. Y, como era de esperar, en la mayoría de los casos el adulterio no tiene las mismas implicaciones para los hombres como para las mujeres …
En Gabón, entre los Akélé de los Lagos, Jean Kédine nos ofrece su punto de vista de la situación, destacando precisamente la diferencia entre el adulterio masculino y femenino.
Lingüista: Jean-marie Hombert
Imágenes y sonido: Luc-Henri Fage
Traducción: Hugues Awanhet
Montaje: Caroline Laurent