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2 de setiembre de 2011: publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea la opinión del Comité de las Regiones sobre «La protección y el desarrollo de las minorías lingüísticas históricas en el marco del Tratado de Lisboa»
Para el que no conoce bien los misterios de las instancias europeas, no es inútil precisar aquí qué es el Comité de las regiones: el CDR es la asamblea de los representantes locales y regionales de la Unión Europea que hace escuchar la voz de las colectividades territoriales en el seno de la Unión. Creado el 9 de marzo de 1994 seguido al Tratado de Maastricht, ha considerado reducir la fosa entre los ciudadanos y las instancias dirigentes europeas que asocian los elegidos locales en la toma de decisiones. Una iniciativa suma toda lógica cuando se sabe que aproximadamente tres cuartos de la legislación comunitaria son puestas en marcha al nivel local o regional…
Compuesta de 344 miembros nominados por los diferentes gobiernos europeos para 5 años renovables, el CDR debe ser consultado para toda decisión al tener las repercusiones en el nivel local en los dominios siguientes: cohesión económica y social, salud, educación y cultura, medio ambiente, formación profesional, transportes.
El comité ha emitido pues el 30 de junio último un dictamen sobre « la protección y el desarrollo de las minorías lingüísticas históricas en el marco del Tratado de Lisboa», publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea este 2 de setiembre.
En una serie de apartados, el documento subraya la importancia de las minorías históricas dentro de la Unión, su impacto positivo desde un punto de vista social y cultural, en general; sobre las personas y su comunidad de pertenencia, en particular, y la sensibilidad creciente de las poblaciones europeas sobre estos asuntos.
En el lugar de las observaciones negativas, el CDR nota que un estudio realizado por el Parlamento europeo en 2008 ha hecho aparecer una reducción de los recursos financieros destinados para sostener la diversidad lingüística, paralelamente al aumento del número de lenguas de la Unión.
El comité por consecuencia recomienda una serie de acciones:
– desarrollo de la enseñanza de lenguas, especialmente de la minoritarias o regionales, con la ayuda de material y de los útiles tales como la formación de profesores;
– promoción de la utilización de estas lenguas con los contactos directos entre las instituciones europeas y los ciudadanos;
– campañas de información que apuntan a hacer conocer los derechos de las minorías lingüísticas;
– integración de las lenguas minoritarias o regionales en las políticas, programas y prioridades transversales de la Unión, en particular en los sectores de lo audiovisual, de la educación, de la cultura y del aprendizaje de las lenguas, así como en las políticas de cooperación territorial, de desarrollo regional, de turismo y de los intercambios ente jóvenes.
Y el aviso concluye deseando que la Comisión y el Consejo europeo tomen más conciencia de la necesidad de disponer de una política a favor de las minorías lingüísticas, financiadas de una manera adaptada y apoyándose sobre una base jurídica consolidada en un espíritu de valorización de las comunidades lingüísticas históricas, al saber cuanto puede contribuir el reconocimiento de la herencia cultural a la existencia pacífica y al enriquecimiento de la identidad europea.
Nosotros, por supuesto, solo podemos aplaudir y… lamentar que el Comité de las regiones solo sea un órgano consultivo!!