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26 de julio del 2011: artículo en el sitio Slate Afrique sobre la dificultad de dar un nombre bereber a los niños en Marruecos
Luego del referéndum del pasado 1° de julio sobre la nueva constitución marroquí, una constitución que debería alargar los derechos de los hablantes de lengua bereber, el artículo de Ali Amar en Slate plantea de golpe una cuestión espinosa para las autoridades del país: «Los nombres bereberes están prohibidos en Marruecos. ¿Acaso la nueva Constitución qué oficializa la lengua amazigh modificará este caso?»
Las poblaciones amazighs más importantes se encuentran en Marruecos y en Argelia, dónde representan un total de cerca de 40 millones de hablantes. Desde los años 80, los bereberes luchan por hacer reconocer sus derechos y su cultura en estos dos países.
En Marruecos, el rey Mohammed VI, en un gesto de apertura política, creó en el 2001 un Instituto real de la cultura amazigh. También puso en marcha un programa de enseñanza de las lenguas bereberes en la escuela y autorizó la difusión de programas de radio y de televisión. En cambio, la cuestión de los nombres bereberes sigue en suspenso.
Luego de una ley de 1996, los agentes del estado civil se niegan a registrar a los a los recién nacidos cuyos nombres «no son marroquíes» (¡es decir árabes!), so pretexto de ¡»atentar contra las costumbres de la sociedad o contra la seguridad nacional«! Así pues, un nombre no puede ser registrado si no figura sobre una lista específicamente definida por los servicios del Estado. Esta lista, que ya excluía los nombres cristianos, ha sido incluso enviada a todas las embajadas y a los consulados en el extranjero con el fin de evitar que la comunidad marroquí expatriada, incluido el binacionales y los niños de parejas mixtas, pueda contravenir a la regla.
El artículo de Slate presenta las declaraciones a la prensa de un agente consular marroquí en Países Bajos, tierra de emigración de marroquíes mayoritariamente bereberes:
«Prohibimos los nombres bereberes porque no están en acuerdo con la identidad, y porque son una puerta abierta a la proliferación de nombres sin sentido«. Sin embargo, Marruecos es un país dónde se puede llamar a su hija Shams (sol, en árabe), ¡pero no Tafoukt (sol, en amazigh)!
Desde el año 2000, la ley les da la posibilidad a los padres de apelar frente a la Alta Comisión del Estado Civil. Sucede que en diez años, esta comisión, que estatuyó en decenas de nombres, aceptó algunos pero rechazó a la mayoría, suscitando procedimientos de apelación interminables. Esto no está libre de consecuencias, ya que estos niños se encuentran ahora privados de identidad legal, con los problemas que esto provoca en términos de escolarización, de pasaporte etc.
Una circular del 2010 que invita a los oficiales del Estado civil «a mostrar flexibilidad» y «a proceder a búsquedas antes de negar un nombre«, podría comenzar a dar frutos, pero aún queda mucho por hacer ya que las listas oficiales contienen ciertos nombres autorizados, pero también decenas de nombres aún desterrados …
Para leer el artículo completo (en francés)